¿Sabías que un tomate tiene más tecnología que un iPhone y que no existen los llamados productos naturales? Eso y más revela José Miguel Mulet, autor del libro «Comer sin miedo», en entrevista exclusiva para Terra.
Anna Lagos @annielagos
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En entrevista para Terra, el bioquímico y divulgador científico desmitificó a los productos orgánicos, habló de la tecnología en los alimentos y sostuvo que un tomate tiene mucha más tecnología que un iPhone.
Mulet lleva tiempo ofreciendo desde sus blogs una visión de la alimentación desde una perspectiva científica, ahora, decidió escribir un par de libros en los que desmitifica de manera divertida la comida contemporánea; en ellos asegura que siempre hemos comido artificial, y que los pesticidas y transgénicos son fundamentales para la alimentación mundial.
¿Cómo eran los primeros tomates?
«Los primeros jitomates que llegaron a España no se parecían en nada a los que comemos ahora, para empezar eran amarillos, por eso en Italia se les llama pomodoro, que significa manzana de oro. Desde entonces los tomates han ido cambiando, se han ido domesticando, hemos elegido los que más nos interesan. Y lo mismo con todas las variedades que cultivamos
El maíz que se cultiva ahora es un hibrido que nada tiene que ver con las variedades tradicionales y no tiene nada que ver con el maíz silvestre que es, de hecho, una mala hierba.
¿De dónde nace este miedo a la comida industrializada?
«El problema es que ahora tenemos la gran fortuna de que, en la mayoría de los países desarrollados, el hambre ha desaparecido por completo. Ahora comemos mal y comemos demasiado; los problemas que existen ahora son enfermedades relacionadas con el exceso de comida, no de poca comida».
¿Qué crees que pasaría si el 100 por ciento de la población decidiera sólo comer comida orgánica?
«No habría para todos, porque simplemente tienes que ver el precio, tienes que ver que la producción está en picada. Habría hambrunas, y es la base de la alimentación de la gente.
A mí me da gracia cuando dicen que la alimentación orgánica es el futuro. Si fuera así. no alcanzaría para alimentar el mundo. Actualmente, la minoría consume orgánico; en Europa no llega al 4 por ciento, en Estados Unidos es un poco más pero similar, y es muy cara. La gente la consume es de alto poder adquisitivo.
En México tienes un problema añadido, no hay una legislación que regule la producción orgánica, con lo cual cualquier productor te puede decir que su producto es orgánico, y no tienes ningún control de este producto».
¿Podríamos decir qué es más peligroso consumir un producto orgánico que algún industrializado?
«A ver, no me gusta asustar a la gente. Para asustar a la gente ya tienes a GreenPeace, pero a mí no me gusta utilizar sus mismas armas.
La comida, en general es segura, pero la utilización de abonos de origen animal son más proclives a contraer infecciones y son más difíciles de controlar, porque algunas plagas si no se controlan bien, pueden hacer que el producto final sea tóxico.
Entonces, digamos que hay un poco más riesgo; que es diferente a decir que comer orgánico es peligroso.
¿Qué piensas del vegetarianismo o el crudiveganismo?
El vegetarianismo es una opción respetable, si alguien quiere ser vegetariano, tiene todo el derecho del mundo. Cuando no quieren comer nada de origen animal, ahí ya es un poco problemático, porque es más difícil tener una dieta balanceada por los aminoácidos esenciales, que en la leche y en los huevos están representados.
El crudiveganismo sí es una tontería. Ninguna civilización a lo largo de la historia se ha negado cocinar los alimentos. Los neandertales ya cocinaban. Algunos antropólogos dicen que cocinar es lo que nos hizo humanos porque nos permitía sacar una cantidad extra de energía de los alimentos sin invertir más tiempo en cazar.
Aun así, cocinar los alimentos es la mejor forma de higiene. Si comes alimentos crudos tienes más probabilidad de adquirir una infección o una intoxicación».
¿Qué opinas de los pesticidas?
«Toda la vida ha sido importante utilizar pesticidas, porque si no las bacterias se comen la cosecha. Y si se comen la cosecha, los mercados se quedan sin alimentos».
¿Es cierto que siempre hemos comido artificialmente?
Claro que sí, ¿Tú has visto algún árbol que dé barras de pan? ¿Has visto que te vayas al campo y veas jitomates en medio del campo y que nadie los cultive?
¿Has ido alguna vez a la selva y visto una vaca? Todas esas especies las hemos domesticado; si desapareciera el hombre, desaparecerían con él.
¿Qué opinas de los conservadores artificiales?
«Yo prefiero un conservante en mano que una intoxicación de salmonela volando; es un análisis costo beneficio. Es mejor un alimento con conservadores que una comida contaminada que me pueda matar, porque utilizar conservantes es algo social. Si no se utilizaran tiraríamos toneladas de comida».
¿Crees que la comida sea completamente segura para su consumo?
«La comida es segura y tenemos la gran suerte de tener el refrigerador lleno. Llegar a esta situación no ha sido fácil. Si bien es cierto que mil millones de personas sufren de hambre, hay que decir que 6 mil millones no pasan hambre. Eso es un gran logro».
José Miguel Mulet es profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, dirige el laboratorio de crecimiento celular y estrés abiótico del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas. Además, es autor del libro “Los productos naturales, ¡vaya timo!” y “Comer sin miedo”.
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